A través de uno de los monumentos más representativos del municipio de O Saviñao (Lugo), nos adentramos en una parte del pasado monacal de Ribeira Sacra. Estamos en la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño, que, como indica su topónimo, se halla en la vertiente oriental de dicho río.

En sus proximidades se emplazaba un monasterio de monjes benedictinos, del cual sólo se tiene constancia documental. Del antiguo cenobio pervive el templo de Santo Estevo, ejemplo del románico tardío del siglo XIII, cuyo estilo delata la presencia de un taller influenciado por las fórmulas del maestro Mateo.


En su fachada descubriremos un rosetón de piedra calada de casi cuatro metros de diámetro, que lo convierte en uno de los más grandes de Galicia. Y, en la arcada menor de su portada, encontramos la representación de Cristo y la Virgen mediante dos figuras que portan un disco solar y una media luna, respectivamente, junto al rey David portando un salterio, acompañado de su séquito de cuatro músicos.

Ya en el interior encontramos una hermosa Epifanía, realizada en tres piezas pétreas independientes de la misma época que la iglesia.