Una de nuestras rutas más desconocidas de la Ribeira Sacra es sin duda la que transcurre por tierras de Taboada (Lugo). A pesar de ello, el municipio atesora numerosas monumentos románicos que junto a su rico patrimonio etnográfico y civil configuran un interesante itinerario.
Iniciamos nuestro recorrido en el templo de San Pedro de Bembibre, realizado según la inscripción de su puerta sur en la Era de 1229 (Año 1191). La Portada principal, enmarcada por un grueso motivo zigzagueado, posee tres pares de columnas con delicados fustes estriados y capiteles de variada labra entre los que destaca la representación de un avaro.
En su interior encontramos hermosas pinturas murales donde se representa un calvario, escenas de la vida San Cristóbal, junto a San Blas y San Antonio.
Continuamos nuestro recorrido dejando atrás el lugar de San Pedro donde se emplaza el Pazo de los condes de Taboada, emblemática construcción del siglo XVI. Tras atravesar la capital municipal llegamos a la iglesia de Santa María de Taboada dos Freires cuya portada no dejará indiferente al espectador. Su tímpano muestra a Sansón desquijando al león perfectamente integrado en un marco lobulado. Y, bajo éste, una inscripción referente al maestro Pelagivs Iohanne y a su fecha de construcción: Era 1228 (Año 1190).
Seguimos hasta la feligresía de Piñeira y el templo de Santa María, cuyas dimensiones delatan su pasado monacal. Su fachada ha sido reformada, pero la cabecera conserva toda la esencia románica en sus ventanas completas y canecillos. Del mismo modo la portada lateral de su nave, de considerable altura, se decorada con ricos motivos vegetales. En su interior se reitera la decoración vegetal en capiteles y ventanas. Pero, sin duda, lo más relevante son las pinturas murales de su cabecera y el baldaquino pétreo de estilo gótico situado en la nave.
Proseguimos rumbo a San Xulián do Campo, templo modificado en las continuas reformas que sufrió su fábrica románica. De ella conserva una ventana completa situada en la cabecera y la portada principal, cuyo tímpano exhibe una cruz antefija sobre dos mochetas zoomorfas.
Finalizamos nuestro recorrido en la parroquia de Castelo, lugar donde cada año celebran la Queima das fachas iluminando con antorchas la croa de su castro. También interesante es el elaborado cruceiro que encontramos de camino hacia la iglesia de Santa María.
El templo manifiesta un estilo muy peculiar en el que predomina la decoración de casetones con arquillos coronados por una bola en su interior. Este elemento se observa en las portadas y el arco triunfal de Santa María y confieren al templo y a su artífice un sello de identidad propio.
También cabe señalar la decoración de la ventana completa de la cabecera, donde ningún elemento queda sin ornato: bases con rosetas en los plintos y rostros en las esquinas, capiteles con aves y ricos arquitos con bolas en chambrana, arquivolta y tímpano.