A través de los monumentos más representativos del municipio de O Saviñao (Lugo), nos adentramos en una parte del pasado monacal de Ribeira Sacra. La ruta se inicia en la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño, que como indica su topónimo se halla en la vertiente oriental dicho río.

En sus proximidades se emplazaba un monasterio de monjes benedictinos del cual sólo se tiene constancia documental. Del antiguo cenobio pervive el templo de Santo Estevo, ejemplo del románico tardío del siglo XIII, cuyo estilo delata la presencia de un taller influenciado por las fórmulas del maestro Mateo.
En su fachada descubriremos un rosetón de piedra calada de casi cuatro metros de diámetro que lo convierte en uno de los más grandes de Galicia. Y, en la arcada menor de su portada, la representación de Cristo y la Virgen mediante dos figuras que portan un disco solar y una media luna, respectivamente, junto al rey David portando un salterio, acompañado de su séquito de cuatro músicos.
Ya en el interior encontramos una hermosa Epifanía realizada en tres piezas pétreas independientes de la misma época que la iglesia.
Continuamos nuestra ruta hasta la parroquia de Diomondi. Allí encontramos el templo monacal de San Paio realizado en la segunda mitad del siglo XII como señala una inscripción situada en el tímpano marmóreo de su portada. En dicho frontis descubriremos dos parejas de centauros junto a cuadrúpedos, aves y lobos.

En su interior nos sorprenderá una gran pila bautismal realizada en un único bloque granítico, con decoración vegetal y geométrica al exterior y una figura humana en su interior.
Adosado al muro norte del templo y sobre el solar del antiguo cenobio se halla el Palacio Episcopal, residencia de verano de los obispos lucenses que ha sido rehabilitada recientemente.
Seguimos nuestra ruta atravesando la capital municipal Escairón para llegar a la feligresía de Seteventos. Su sencillo templo parroquial alberga extraordinarias pinturas murales datadas en el siglo XV en las que se representa el Juicio Final, el Calvario, la Anunciación y a santa Catalina de Alejandría.

Acabamos nuestro recorrido en la parroquia vecina de Abuime, donde exploraremos el pasado neolítico del municipio a través de dolmen de Abuime. El túmulo megalito conserva seis grandes ortostatos que configuran su planta de tres metros de diámetro.