La iglesia de San Fiz de Cangas perteneció a un antiguo monasterio de monjas benedictinas del que no se conserva nada, ya que sufrió la reforma que ordenaron hacer los Reyes Católicos a comienzos del siglo XVI.
El mayor auge del monasterio fue en el siglo XII, cuando se construyó la iglesia románica. El proyecto inicial parece que era algo más ambicioso, pero finalmente se levantaron tres ábsides y una sola nave.
La portada principal de acceso al templo no es de grandes proporciones. La arcada está ligeramente apuntada, decorada con rosáceas. En el tímpano podemos ver una cruz, custodiada por el sol y la luna, además de una serie de elementos geométricos. Las columnas fueron robadas y sobre el lugar que ocupaban se pueden ver a dos cuadrúpedos que avanzan hacia la puerta. La puerta norte es muy sencilla, decorada con elementos circulares.
En el interior podemos ver que la nave es más ancha de lo normal, seguramente porque en el proyecto inicial estaban planteadas tres naves, que se corresponderían con los tres ábsides. Presenta un falso crucero y los capiteles tienen interesante decoración zoomorfa (leones, gatos, simios) y vegetal. El ábside norte fue modificado para albergar una capilla funeraria. También se conserva un lienzo con pinturas murales del martirio de San Sebastián.