Algo que no podemos perdemos en nuestra visita a la Ribeira Sacra es, sin duda, el patrimonio románico de Chantada.
Iniciamos nuestra ruta en el centro de la villa de Chantada, concretamente a los pies de la iglesia “vieja” de Santa Mariña y enfrente de la casa Lemos, actual oficina de turismo. Nos hallamos en el corazón del casco histórico, junto a la plaza del Cantón empedrada y rodeada de casas con galerías tradicionales.
Dejamos atrás la villa para iniciar nuestro recorrido románico en la iglesia de Santa María de Pesqueiras. A ella accederemos por el antiguo camino empedrado que usaban los lugareños para asistir al culto. El templo es obra del siglo XIII, momento en que se funda el monasterio femenino al que pertenece hasta finales del siglo XV. Del antiguo cenobio no conservamos restos.
Su estilo es románico tardío y deudor de la fórmulas empleadas en la iglesia vecina de Santo Estevo de Ribas de Miño (O Saviñao). Consta de nave única y cabecera semicircular cubierta la primera con techumbre de madera a dos aguas y la segunda con bóveda de cañón y cuarto de esfera en el hemiciclo.
No conserva su fachada original. El acceso lo abordaremos desde la portada sur, donde una cuidada decoración de hojas, tallos y perlados ornan sus columnas. En el interior descubriremos la peculiar organización de ábside, cuyo muro es excavado para realizar tres pequeños absidiolos provistos de su propia bóveda y donde se colocan las ventanas completas de la cabecera. También en el interior se hallan hermosas pinturas murales del siglo XVI.
Continuamos la ruta cruzando el río Asma y llegamos a la feligresía de San Salvador. Su monasterio se erige en una elevación dominando el territorio inmediato. El cenobio actual anexo a la iglesia es obra de los siglos XVII y XVIII, aunque su fundación se remonta los siglos IX y X.
El templo es de estilo románico, realizado a finales del siglo XII. Sin embargo, la fachada fue reconstruida siguiendo la misma pauta estilística que el monasterio existente. Presenta nave única y cabecera semicircular al exterior, pero poligonal al interior. En ella se abren tres ventanas completas, dos de ellas cegadas por la sacristía. Cabe destacar un retablo renacentista presidido por la figura del Salvador con dos escenas de hermosa labra: Natividad y Epifanía.
En el exterior observamos parte de un vano prerrománico reutilizado con idéntico fin y numerosos canecillos de diversa decoración: animales, demonios, humanos, etc. Sus capiteles son también un signo de identidad en San Salvador. Estos se ornan con tres figuras de cuadrúpedos o grifos donde dos de ellos comparten una única cabeza. Esta misma decoración se reflejará en otros templos de la zona deudores de este taller.
Seguimos nuestro itinerario hasta la parroquia vecina de Camporramiro. Allí descubriremos el templo de Santa María, construido según la leyenda local en honor al rey Ramiro I tras vencer a los normandos en la batalla sucedida en este lugar.
La iglesia, de nave única y cabecera recta, muestra tres etapas constructivas todas ellas románicas, pero de escuelas diferentes. El ábside exhibe un estilo muy trabajado propio del taller de Pesqueiras y Ribas de Miño (O Saviñao). Sin embargo, la nave es más austera con una fachada con arquivolta de casetones deudora de la fábrica de Santa María do Castelo (Taboada). Y, finalmente, el lateral sur es de otra campaña diferente. Sus formas muestran mayor rudeza y algunos canecillos exhiben motivos antropomorfos donde se representa a una madre con su hijo en el regazo (posible Virgen con Niño) y un escriba.
Ponemos rumbo a Nogueira con una breve parada en el mirador Pena Branca desde donde observaremos los pueblos de Bexán (O Saviñao) y río arriba Belesar (Chantada).
Finalmente llegamos al templo de Santa María de Nogueira, ejemplo románico de finales del siglo XII con fachada reformada en el XVIII, momento en que también se realiza la torre campanario.
En el exterior observamos variada decoración geométrica, vegetal y antropomorfa. Pero es en el interior donde atesora su mayor riqueza. Todo el templo se halla decorado con pinturas murales de estilo manierista de excelente calidad atribuidas al maestro de Nogueira. En la nave se disponen restauradas las escenas de Resurrección, Juicio Final, Anunciación y San Sebastián. En la cabecera, aún por restaurar, la Oración en el Huerto y el Prendimiento.