La iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño perteneció a un antiguo monasterio masculino del que poco sabemos, ni siquiera la fecha de su fundación, ya que la documentación conservada solo nos habla de la iglesia.

La iglesia es uno de los ejemplares más interesantes del románico gallego, atribuida a un taller único que llega a Portomarín al terminar los trabajos del coro pétreo del Maestro Mateo en la  catedral de Santiago de Compostela.

Estamos ante una iglesia románica de principios del siglo XIII, donde se aprecia una evolución del arte románico al gótico. Consta de una sola nave y un ábside semicircular. La fachada del edificio destaca por su imponente rosetón de casi 4 metros de diámetro. La portada, flanqueda por dos arcos ciegos, está formada por cuatro arquivoltas con abundante decoración de hojas carnosas, sogueados, puntas de sierra y siete personajes que han dado pie a variadas interpretaciones. Los capiteles presentan decoración vegetal y zoomorfa.

En el interior de la iglesia llama la atención la altura del edificio. En el ábside se disponen tres ventanas de tipo completo que forman, además, una especie de nichos de planta semicircular. Este elemento, que no es común, lo podemos ver en la iglesia de Santa María de Pesqueiras.

Una de las piezas destacadas de la iglesia es una Epifanía del siglo XIII.